Trump APRUEBA oleoducto que CONTAMINARÁ aguas y tierras SAGRADAS: La tribu Sioux EXPLOTA
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La tribu Sioux de Standing Rock y sus defensores han hecho la promesa de resistir la orden ejecutiva de Donald Trump que autoriza la construcción de un oleoducto en Dakota
y piensan impulsar medidas legales, llamar a la desobediencia civil e
instalar un campamento de resistencia para proteger el agua del río.
“El
presidente Trump tiene la obligación legal de respetar los derechos que
nos reconocen los tratados y garantizar que todo el proceso para la
construcción del o leoducto sea justo y razonable”, explica el jefe de la tribu Sioux de Standing Rock, Dave Archambault, que afirma que la decisión de Trump [de resucitar un proyecto que Obama impidió] tiene motivaciones políticas.
“Si
crea un segundo Flint [una ciudad con el agua contaminada por plomo] no
conseguirá que Estados Unidos recupere su grandeza, como prometió”,
señala.
La orden ejecutiva ha vuelto a poner sobre la mesa un proyecto de 3.800 millones de dólares q
ue se daba por muerto y que contempla cruzar el río Missouri y llegar
hasta la reserva Sioux de Standing Rock. La tribu cree que el oleoducto
podría contaminar el agua potable y destruir lugares sagrados.
El
pasado 5 de diciembre, el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos denegó
un permiso al oleoducto para ocupar un tramo del río. Esta decisión
supuso una gran victoria para miles de nativos americanos y ecologistas
que habían levantado campamentos en la orilla del río para resistir el
avance del oleoducto.
Todo
hacía prever que la denegación del permiso y el inicio de un estudio
sobre el impacto medioambiental del proyecto iban a demorar las obras
del oleoducto durante años.
Las
organizaciones para la protección del agua de Washington se empezaron
a movilizar en Facebook el martes con el objetivo de manifestarse ante
la Casa Blanca esa misma tarde. “Para frenar este proyecto tendremos que
movilizarnos en nuestra comunidad, llamar a las puertas de las personas
influyentes y desplazarnos hasta donde estén los oleoductos”, indicó el
grupo.
” Es un insulto a los nativos americanos”
Jan
Hasselman, el abogado de la tribu, ha explicado que Trump ha “esquivado
de forma ilegal y arbitraria” las conclusiones que llevaron a la
administración Obama a no autorizar este proyecto. “Es un insulto a los
sioux de Standing Rock y a todos aquellos que defienden su causa en los
territorios indígenas y representa la vuelta a un patrón histórico de
vulneración de los derechos de las comunidades indígenas”, ha añadido.
Dallas
Goldtooth, un activista de la Red Ambiental Indígena y miembro de las
tribus Mdewakanton Dakota y Dine, indica que él ya había previsto que
Trump se posicionaría a favor de los oleoductos, pero que no esperaba que aprobara una orden ejecutiva nada más llegar a la Casa Blanca.
“Es
un ataque a nuestras tierras ancestrales”, afirma: “Estas órdenes
ejecutivas demuestran que Trump está más que dispuesto a incumplir la
ley federal que proteg e el medioambiente, nuestras comunidades y los derechos de las comunidades indígenas si con ello puede obtener petróleo y gas”.
Ron
Caballo de Trueno, miembro de la tribu Hunkpapa-Lakota Oyate, sopesó la
posibilidad de iniciar una larga batalla legal para frenar la
construcción del oleoducto. Sin embargo, el exjefe de la tribu de
Standing Rock tiene reservas ya que cree que la empresa podría seguir
adelante con el apoyo de Trump.
“Conseguiríamos ganar
tiempo pero nada más”, ha indicado: “Esto nos llevaría al mismo punto en
el que estábamos cuando empezamos a movilizarnos unos meses atr ás”.
A
principios de diciembre, los campamentos de protesta de Standing Rock
albergaban a decenas de miles de personas, pero muchas de ellas se
fueron cuando las autoridades denegaron el permiso. Tras conocer esta
medida y ante la inminente llegada del frío, la tribu recomendó a todos
aquellos que los estaban apoyando que regresaran a sus casas y el 21 de
enero, con el voto unánime del consejo de la tribu, volvió a
pronunciarse en el mismo sentido.
Sin
embargo, y a pesar de las bajas temperaturas en Dakota del Norte, entre
300 y 500 activistas han permanecido en el campamento y esto ha
provocado varios enfrentamientos con las fuerzas policiales. La
contundente reacción de una policía militarizada ha generado
preocupación.
Linda Black
Elk, de la tribu Catawba Nation y que colabora con el Consejo de Médicos
y Sanadores de Standing Rock, ha señalado que los activistas se han
esforzado por mantener el campamento limpio y que han seguido las
instrucciones del consejo de la tribu. Sin embargo, los acontecimientos
del martes marcan un nuevo escenario.
” Tenemos que proteger el agua”
”
Ahora no podemos retroceder. Tenemos que proteger el agua de las
generaciones futuras”, afirma: “No tengo miedo por lo que me pueda pasar
pero me aterra lo que pueda pasar en el futuro”. Muchos activistas que
se fueron a sus casas en diciembre esperan regresar a los campamentos
pronto.
Xhopakelxhit, miembro
de las tribus Nuu Chah Nulth, Coast Salish y Cree, que el año pasado
fue una presencia constante en Standing Rock, ya ha avanzado que
regresará tan pronto como sea posible.
“Si
quieres apoyar a la tribu de Standing Rock, ahora es el momento”, indica
Xhopakelxhit, que forma parte del campamento de “guardianes rojos”, que
ha organizado varias acciones directas contra el oleoducto. “Los
activistas que han perma necido en el campamento están
pidiendo ayuda y necesitan urgentemente que muchas otras personas se
solidaricen con ellos”, señala.
Otros
han prometido que expresarán su solidaridad con protestas a lo largo y
ancho del país. “Necesitamos un movimiento masivo de desobediencia civil
y que los ciudadanos expresen su solidaridad con Standing Rock”,
explica Kandi Mossett, miembro de las tribus Mandan, Hidatsa y Arikara, y
que vive en Dakota del Norte. “La administración Trump está provocando
una revolución que nos hará más fuertes que nunca”.
Cheryl
Angel, de la tribu Sicangu Lakota, fue una de las primeras activistas
en llegar al campamento de la piedra sagrada. Hace un llamamiento para
que se lleven a cabo acciones de protestas a diario.
En el caso de Búfalo Saltarín, miembro de la tribu Standing Rick Sioux y cuyo nombre
en inglés es Troy Fairbanks, la decisión de Trump tuvo lugar en un día
muy triste para él. Descendiente de Toro Sentado (la sexta generación)
estaba preparando el funeral de su hija cuando the Guardian lo llamó.
“No bebemos petróleo, es muy triste”, dijo. El anciano no pierde la esperanza de que sus oraciones
serán escuchadas. “Nunca se ha hecho justicia con las comunidades
indígenas –afirma–. Pero ahora todo el mundo es testigo de lo que está
pasando”.
Que bueno que construirán el oleoducto para no depender más del medio oriente. Ahora tienen que vigilar a esta panda de antisociales comunistas y marxistas culturales pagados por George Soros para que no saboteen la tubería una vez construida.
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